Follow this blog with bloglovin

Follow THOUGHTS in PURPLE

17.5.10

Betray

Hace unos días reflexionaba sobre la traición de las personas que nos rodean, vista desde el defraude y la decepción.


Durante mis cortos años muchas personas han pasado por mi vida, y a la gran mayoría de ellas les he dedicado mis sentimientos y mi tiempo, para llegar a un final turbulento. Es decir, consideras que tienes buenos amigos, familiares comprometidos contigo, o una pareja leal (sin caer en el tema de la fidelidad. Leal a ti, a lo que tu eres, sientes y te importa), y luego te das cuenta que no. Que esas personas, por mucho que te cueste entender, se mueven por intereses por encima de los tuyos, sin importar los vínculos que tengas con ellos, y te pasan a llevar de una manera arrasadora, egoísta y muy dolorosa.

Tengo una buena amiga, a la que llamare Pivo ( de Sasha PIVOvarova, modelo). A ella la vida le dio un giro de 360º por la traición de su pareja y su hermana. El primero desapareció de su vida sin excusas ni explicaciones después de unos 4 años de 'romance'…¿Qué pasó? No se sabe muy bien, ya que por cobardía no fue capaz de dar la cara y dar un motivo, pese a que ella se entregada a el de manera incondicional; como si fuera el motor de su vida, pero sin agobiar. La segunda, creo que más decepcionante aún, no supo ver lo recibido y exigió más a cambio, sobretodo en momentos inadecuados. Y cuando no pudo obtener más, se fue a exprimir zumo de otra naranja.

Personalmente, a mi los más cercanos y los más inesperados me terminan defraudando. Y claro, mientras más das, mientras más comprometido estás, mayor es el chasco, y más grande aún el dolor. No te lo esperas, y menos de ellos. Yo siempre pienso que semejantes cosas te las puedes esperar de un desconocido…¿pero de tu gente? Tengo 'amigas' que cuando ya han sacado un beneficio, ya no les interesa mi amistad, un ex que simplemente se dejó querer hasta que encontró un nuevo corazón que romper, y una pareja que por su inmadurez y por sus inseguridades futuras me da algún que otro disgusto…¡y qué disgusto!

Pero claro, uno no elige a su familia, ni le dice a su corazón de quién enamorarse, ni a la razón con quién congeniar para una amistad. Aunque como dice Pivo, frente a estos sucesos es mejor no pensar mucho, porque cuesta entender. Cuesta encontrar un por qué. Cuesta curarse. Así que toca girar la tortilla y ser egoísta por un tiempo para lamerse las heridas, centrarse en uno mismo, y tratar de seguir adelante.
Tratar de ser feliz.